Tuesday, September 26, 2006

El Profesor Miguel Del Priego

Conocí a Manuel Miguel Del Priego en el Colegio de la Federación de Empleados Bancarios, al que llegaría en forma fortuita y del que salí sin muchos recuerdos. Aun cuando el Colegio no era nada motivador y los buenos profesores escaseaban, había excepciones (y de verdad excepcionales) al profesor de Literatura, (“Del Priego”) por ejemplo, lo percibía apasionado, inteligente, rápido y a diferencia del resto conocía muy bien la pillería de sus alumnos, nada ingenuo, al contrario, parecía conocer de antemano cada una de sus mataperradas, como si las hubiera creado. Mientras todos iban, él ya estaba de regreso.
Nunca antes en mi vida había recibido clases de Literatura como las que recibí ese año.
El primer día me puso de pie y pidió que recite algo, yo con miedo lance un verso de Vallejo: Dios mío estoy llorando el ser que vivo… Aun cuando no acostumbraba ser amigo de los profesores cogí algo de cariño por ese extraño profesor.
Lo encontré ya estando en la Universidad, en la avenida Cuba, estaba él en una panadería engullendo (era su forma de comer) un milhojas, le pase la voz y conversamos un poco, contó lo que hacia y lo que había dejado de hacer, supe que era director del Colegio y que aun luchaba contra su enfermedad. Le conté poco de mí (no me caracterizo por mi elocuencia) solo que estudiaba Historia en San Marcos y que pasaba las de Caín para sobrevivir, se emociono al saber que estudiaba lo que estudiaba, y me hablo de Porras, como lo había conocido allá en Pisco de donde eran ambos, de la vasija de cerámica Paracas que le había regalado cuando el historiador fue de visita al pueblo y que años más tarde encontraría en la casa del maestro en la calle Colina ya convertido en el Centro de Altos Estudios de la Universidad de San Marcos; me lo contaba emocionado pues se había cuidado de poner la iniciales de su nombre en la base de la vasija: MDP y fue esa la señal con la que reviso una a una las vasijas en aquella casa hasta que logro encontrar la que buscaba, contaba esa anécdota emocionado.
Deje de verlo por mucho tiempo, aun cuando me invito a visitarlo a su casa de Jesús María, nunca pude hacerlo. Poco después volvería a saber de él, el Congreso de la Republica había publicado un libro sobre Pisco y Porras en que participaban varios autores y Miguel Del Priego no podía estar ausente. No volví a saber nada del profesor Manuel sino hasta hace poco cuando un diario publico el triunfo del cáncer sobre él. Ese hombre Manuel Miguel Del Priego ex secretario general del Partido Comunista que conoció las penalidades del SEPA, exiliado algunos años en la URSS, viejo y cascarrabias como profesor antiguo, se había extinguido.

Saturday, September 23, 2006


No me aumentaron el sueldo por tu ausencia
sin embargo
el frasco de Nescafé me dura el doble
el triple las hojas de afeitar.


Antonio Cisneros


Friday, September 22, 2006

EN estos días me han saltado dudas con respecto a mis actividades, aun cuando me agrada lo que hago siento insatisfaccion con lo avanzado lo siento insuficiente. Ayer revise presuroso lo escrito desde hacia días en mis bulkis (el unico tipo de papel que puedo ver en estos meses) y pense que de no ser estudiante o Historiador de una buena vez, lo escrito no tendría sentido alguno. Hay una gran insatisfaccion y senti la urgencia de salir, hallar una valvula de escape que me quite estas ataduras que han tomado mi cabeza.